miércoles, 6 de abril de 2016

De Discapacidad a Diversidad Funcional

Las conceptualizaciones sobre la discapacidad surgen del contexto social, científico y cultural, razón por la cual estos términos varían con el tiempo.

Todas las palabras llevan consigo ideas asociadas que representan características de lo que se nombra. Para cambiar esas ideas es necesario cambiar esas palabras.

Antiguamente, a las personas que usaban sillas de ruedas se les llamaban minusválidos o inválidos. Con el tiempo esos términos fueron considerados peyorativos y fueron remplazados por el término discapacidad. En el 2005, el Foro de Vida Independiente, al considerar que el concepto discapacidad también otorgaba connotaciones negativas, propuso el término Diversidad Funcional.

Se considera que una persona tiene diversidad funcional cuando sus capacidades son diferentes a las de otras personas. Su discapacidad, sea cual sea, provoca que sus funcionalidades sean distintas, y, a veces, requieren unas necesidades especiales para realizar actividades cotidianas (como escribir en el ordenador, subir o bajar las escaleras, encender la luz...).

Se considera que la diversidad funcional no tiene relación con la enfermedad, la parálisis, el retraso o la deficiencia. Esta terminología deriva del modelo médico-rehabilitador, el cual considera que las personas deben ser curadas y rehabilitadas para poder incluirlas en la sociedad. Con la introducción del término Diversidad Funcional, se pretende cambiar esta forma de ver las cosas, y llegar a un modelo de diversidad. Mediante este modelo se busca proporcionar plena dignidad, lo cual significa otorgar los mismos derechos a todas las personas, sea cual sea su diversidad. Por este motivo, se desarrolló en España, a finales del 2006, el modelo de la diversidad.


Disfrutad de este vídeo que os muestra lo necesario de entender la diversidad.





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